La estructura de la ciudad se basa en una serie de calles con orientación norte-sur y este-oeste, trama heredada de la época romana, que se extiende desde el monte donde se origina la ciudad hasta el mar. Tiene un nodo importante, la plaza Imperial Tarraco, desde la cual, se organizan las vías más importantes para la ciudad, entre ellas, la Rambla Nova (color negro), que no desemboca directamente al mar puesto que hay un gran desnivel. Por la cota más baja (en color rojo) se sitúa la vía del tren.