miércoles, 23 de noviembre de 2011

Berlín_Estructura



La ciudad de Berlín es fruto de un continuo proceso de destrucción y replanteo urbanístico que comenzó con la era del nazismo y se extendió a lo largo de todo el siglo XX, convirtiéndola en un paradigma de los sueños utópicos modernos. Según Hans Stimmann, director de Arquitectura y Urbanismo del Ayuntamiento de Berlín, la destrucción que sufrió la ciudad - primero por los bombardeos aliados, y posteriormente en los años 50, en lo que describe como "un conflicto sustitutivo de la negación de un pasado en ruinas" - ha generado una serie de fragmentos de diversos conceptos urbanísticos. Éstos confieren el carácter a los diferentes espacios de la ciudad.

La capital alemana sorprende en la primera visita, justamente, por no parecer una capital. Sus diferentes distritos conforman una estructura fragmentada, organizada en escalas de barrio, cada uno con características muy diferentes. Éstos se conectan mediante una red de viales tangenciales en anillo, atravesados por las vías principales de acceso a la ciudad. Encontramos, por ejemplo, el eje E-O, que comunica Charlottenburg con Friedrichshain, atraviesa el Tiergarten; regatea la Puerta de Brandemburgo; deambula por Alexanderplatz; para finalmente dirigirse directo a Polonia - era, de hecho, la vía que comunicaba Berlín con Moscú.



El resto de vías secundarias, transversales a las principales, completan el entramado vial que cose los distintos tejidos de la ciudad, superando los obstáculos del río Spree y de los múltiples canales. La mayoría de ellas, pavimentadas con adoquines, se llenan de bicicletas en verano. El metro (S-Bahn y U-Bahn) acaba de conectar las diferentes zonas.

La ciudad, dispersa y vaciada, se reinventa en cada barrio. Los antiguos barrios del este (Prenzlauerberg, Mitte, Friedrichshain y Treptow), han seguido distintos caminos desde la caída del muro. Poco a poco todos ellos se han ido llenando de jóvenes, artistas o estudiantes, siguiendo, cada uno a diferente ritmo, un proceso de re-ocupación de los espacios y edificios abandonados, convertidos en espacios artísticos, talleres, bares, ... Vivir en el oeste hasta la caída del muro significaba vivir aislado del mundo, y poca gente se instalaba. El ayuntamiento occidental decidió otorgar ayudas para fomentar la inmigración. La gran mayoría de inmigrantes, en Kreuzberg, Neukölln, Wedding o Moabit, fueron turcos. El paradigma del oeste son hoy Tiergarten, Charlottenburg y Schöneberg, que con un tejido social de clase media-alta, recuerdan a cualquier ciudad centroeuropea - dado que, en su momento, los aliados los reconstruyeron siguiendo modelos occidentales.