lunes, 2 de enero de 2012

Comparación del litoral

La mejora del espacio urbano del litoral de la ciudad de Barcelona con ejemplos tan notorios como el Moll de la fusta de Solà-Morales son un buen ejemplo de la transformación de una franja litoral de espaldas a la ciudad, dedicada a las infraestructuras y sin ninguna lógica del peatón o habitante por una relación directa y sencilla que mejora la ciudad.En este caso, por ejemplo, a través de un desdoblamiento entre circulación y paseos y el semi soterramiento de las vías de circulación y aparcamiento se consigue acercar el casco antiguo al litoral “saltándose” la franja de infraestructuras y equipamientos creando un balcón urbano sobre el puerto. Ésto se consigue a través de una estrategia de tensión entre los dos frentes con los espacios de mutua integración que son las infraestructuras. El caso de Vilassar de Mar, la relación entre el litoral y el área urbana es muy deficiente todavía. La línea de ferrocarril R1 (linea electrificada y de doble vía) y la carretera N-II (con 2 carriles por sentido, hasta 3 en algunas secciones) circulan por la 1ª línea de costa a lo largo de toda la comarca del Maresme cortando toda relación entre los núcleos urbanos (que se han desarrollado pegados al mar) y un litoral cada vez más solicitado y con más actividades relacionadas. Esta relación se resuelve mediante un deficiente sistema de pasos subterráneos de peatones (cada 200-300m), mal situados y mal relacionados con el tejido urbano, y unos pocos pasos de vehículos (cada 3-4km), de trazo forzoso por la estrechez de la franja litoral entre los edificios y el mar, con los consecuentes problemas de circulación. La franja de infraestructuras (carretera y tren) que antaño sirvió como barrera de protección del litoral frente al destrozo urbanístico que se permitió en los 60 y 70, o que fue el motor de desarrollo de las actividades económicas des de la Industrialización y que en la actualidad juega un papel fundamental en la esencia de los municipios como zonas dormitorio de la urbe metropolitana, presenta hoy en día un gran inconveniente. Una de la ideas planteadas al respecto, que sigue la misma estrategia que el caso expuesto al principio, ejercer tensión en los dos frentes y aprovechar los espacios de mutua integración para las infraestructuras. Con el traslado de la línea férrea hacia el interior (es imposible plantear un soterramiento debido a los escasos 5m que la separan del nivel del mar) y una sección de la carretera más permeable (con carril de transporte público, o bici, o zona peatonal, por ejemplo), se consigue una relación directa. En estos momentos de crisis, este gran proyecto no se podrá ejecutar debido a la falta de financiación.