Desde un comienzo, en todas las zonas colindantes a caminos de entrada y salida de la ciudad, se fueron asentando diferentes poblaciones, que con el tiempo fueron absorbidas por la metrópolis, creando barrios de la ciudad actual. Con la independencia, se entiende la necesidad de derribar las murallas coloniales, en un profundo acto simbólico, y extender la ciudad hacía la única dirección posible. Se aprueba un proyecto de ensanche de la ciudad, que sigue los preceptos básicos de las leyes de Indias, pero pierde las preocupaciones ambientales y territoriales de éstas, por lo que consiste únicamente en la repetición indiscriminada de la manzana cuadrada, con una gran vía que la atraviesa siguiendo la línea de la calle principal de la ciudad vieja. A lo largo del siglo XIX, las nuevas ideas urbanísticas europeas se empiezan a aplicar en la ciudad, por lo que se traza un nuevo ensanche, con una avenida de limitación de la ciudad, que hoy en día se encuentra e pleno centro de ella. Los trazados son en este proyecto más anárquicos, ya que no responden a un único plan de ensanche, sino que a los intereses de varios particulares especulativos. Estas zonas son ideadas en plan únicamente de vivienda, y se genera una tipología de vivienda muy común en la ciudad, la casa estándar, o chorizo.
Es a comienzos del siglo XX, que las ideologías higienicistas se hacen ver en la ciudad, mediante la creación de grandes parques en las zonas colindantes a la ciudad, que luego serían absorbidas por ellas. Es también en esta época que se lleva a cabo el proyecto de creación de la rambla sur, la costanera que bordea la ciudad en el río de la Plata, creando una zona de estrecho contacto con el mar a lo largo de toda la ciudad existente, y comenzando un tipo de uso urbano de la línea costera único en el mundo. Hoy en día esta rambla se ha extendido por casi 20 km ininterrumpidamente, generando el paseo más concurrido por los montevideanos.
En el siglo XXI, la ciudad ha continuado su crecimiento, pero ya no mediante el relleno de las zonas vacías colindantes, sino que generando un cordón de dependencia entre las zonas colindantes y el centro de ésta. En un claro proceso de conurbanización, la ciudad se despliega hoy en día fuera de sus límites jurisdiccionales.