La ciudad de Eivissa se sitúa la zona S, S-E de la isla. La morfología de la ciudad deriva de la forma básica del paisaje. El área se compone básicamente de dos montes de unos 115 metros de altitud, donde se situaban la acrópolis, y la necrópolis respetivamente, una zona plana conocida como es pla de vila (significa el “llano de la villa”),que antiguamente poseía cultivos y residencias aisladas del núcleo urbano, y una gran puerto, más grande en la antigüedad que hoy en día, ya que el agua se adentraba un kilómetro y medio más en ciertas zonas. Cabe remarcar también las zonas de regadío que introdujeron los árabes, ses Feixes, que durante la historia han contribuido a delimitar y comformar la morfología propia de la ciudad, y que ocupan zonas que en la época fenicia había sido puerto.
Desde al menos unos 600 años a.C.(se cree 645 a.C.) la ciudad fue fundada por los fenicios y cartagineses, fundaron Ibosim. De esta primera ciudad no se conserva prácticamente nada a ras del suelo, y la conocemos gracias al trabajo de los arqueólogos. Estos pueblos se situaban en sitios fácilmente defendibles como el puig rocós donde se asienta la ciudad. Estas iban asociadas a puerto, principalmente interiores (muy rodeados de terreno), donde descargar las mercancías, ya que como sabemos los pobladores era de pueblos básicamente de comerciantes marítimos. Ellos mismos, como en muchos otros lugares, eligieron el punto más alto para erigir el templo principal. Posteriormente con la conquista romana, reconstruyeron en el mismo lugar el templo a Júpiter, y en ese punto siglos más tarde se levantaría la catedral cristiana. Como lugar remarcable en la ciudad es el llamado Puig des Molins(Monte de los Molinos). El otro monte de la ciudad que era el cementerio de púnicos y romanos. Esta necrópolis cayó en el olvido durante siglos en la época musulmana y cristiana, y no fue hasta el s. XX. que se recuperó por un descubrimiento casual.Imagen actual de Dalt Vila, el casco antiguo de Eivissa, con la catedral en lo alto