Es en este punto en el que se encuentra Cardona, ocupa una extensión de 66,70 Km2 entre los que podemos diferenciar dos núcleos de población relacionados gracias al valle salino y al antiguo castillo. Lo que queda de territorio está ocupado por campos y antiguas masías vinculadas al núcleo de población mediante el río “Cardener” y las vías de conexión con los pueblos vecinos.
Sus orígenes deben situarse en la primera mitad del siglo XI, cuando se formó un pequeño burgo o arrabal entorno del mercado que se celebraba a los pies de la montaña del castillo. El castillo y el valle salino son las claves estratégicas para el desarrollo de este pueblo. Entonces, Cardona y su castillo eran un enclave estratégico de la frontera con al-Andalus, y un cruce de caminos que gozaba de un extraordinario régimen de libertades como centro de extracción y comercialización de sal en una Europa occidental en expansión económica. La combinación de estos factores explica el desarrollo de este burgo comercial, que se convirtió en el centro de un importante mercado y punto de encuentro de viajeros (mercaderes, peregrinos, etc.) que llegaban del Pirineo y del sur de Francia.
De esta manera, gracias a la importancia del castillo y a su situación estratégica el pueblo encuentra un punto de apoyo donde empezar a desarrollarse. Por otra parte el valle salino ha sido protagonista activo del pueblo, ya desde la época del neolítico. El sistema de explotación a cielo abierto de la sal se mantuvo invariable a lo largo de los años hasta la introducción de la pólvora y consecuente descubierta de las sales potásicas (1912). Este descubrimiento se tradujo en la segunda industrialización de Cardona, después del textil. Se duplicó la población y se produjeron importantes transformaciones en su paisaje urbano y social. Es gracias a esta actividad minera que se crea el segundo núcleo de población, situado más al sud y apoyado en la fábrica que hacía posible la manufacturación de las sales potásicas y su transporte al puerto de Barcelona.
Por último la situación próxima del río también aportó muchos beneficios y ayudó en el asentamiento del pueblo, teniendo la posibilidad de aprovechar su energía en las fábricas y ayudando con el regadío de los campos.