domingo, 20 de noviembre de 2011

Zonas verdes. Vitoria-Gasteiz

La característica más importante de Vitoria-Gasteiz es la de ciudad ecológica y verde, por lo que ha recibido el premio de Capital Verde Europea de 2012, premio por el cual también competía Barcelona.

La ciudad se estructura en torno a círculos concéntricos, sea de vías de tráfico o de espacios verdes. El anillo verde, un área natural en vías de recuperación de antiguos espacios industriales degradados (escombrerías, graveras abandonadas...) o espacios ecológicamente interesantes (ríos, humedales…) rodea el centro de la ciudad. El último círculo lo componen las montañas y áreas forestales alavesas.

La ciudad tiene una gran proporción de espacios públicos y parques por habitante, 26 m2 (la OMS recomienda que haya entre 10 y 15 m2), que llegan a 51.7 m2 si contamos el anillo verde. Gasteiz respira gracias a sus grandes parques urbanos franqueados por palacetes. Estos parques dan fin a grandes paseos o urbanizaciones. Uno de los más importantes es el parque de la Florida, de 1820, situado en el centro de la ciudad junto a la catedral nueva y el parlamento vasco. Se trata de un parque diseñado al estilo francés reinante en la época, además de ser un jardín botánico con unas 100 especies diferentes.

Este parque se complementa con otros también céntricos como el parque del Prado (data desde la Edad Media), uno de los más amplios de la ciudad, San Martín, Jurizmendi (un antiguo cementerio judío, espacio que éstos donaron a la ciudad tras ser expulsados por los reyes católicos), el de Arriaga (en torno a una ermita juradera de fueros)…

Estas áreas verdes, además de servir como hábitats de fauna y flora tienen un objetivo educativo, como por ejemplo, ayudar a la población a estudiar horticultura a través de huertos urbanos.

Pero el movimiento más importante a favor de las zonas verdes que se dio en la ciudad se produjo a finales de los años 80, cuando desde el Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz se planteó la posibilidad de establecer una red de espacios verdes que recuperaran los ecosistemas preexistentes en torno a la ciudad y que actuaran como filtro entre la ciudad y el mundo rural.

Estos espacios a recuperar incluían el río Zadorra al norte, los humedales de Salburua al este o el bosque de Armentia al suroeste. Conectar estos enclaves entre sí y con los Montes de Vitoria (más de 5000 ha de espacio natural al sur de la ciudad) mediante corredores ecológicamente funcionales serían los objetivos del futuro proyecto, que surge en parte de las ideas organicistas del urbanismo de Christopher Alexander. El “anillo verde”, como ya he comentado, se completaba con la recuperación de espacios industriales ya degradados y pequeños arroyos de la llanada alavesa.

Pero además de su carácter ecológico, el “anillo verde” fundamentalmente se dirige al ciudadano, no solo como lugares de esparcimiento al aire libre sino también para actividades educativas y de sensibilización ambiental. Por tanto era necesario garantizar la accesibilidad al anillo desde el centro de la ciudad pero fundamentalmente desde los espacios verdes ya existentes en la ciudad, como también desde los ámbitos agrícolas y forestales de los alrededores, favoreciendo por tanto el tráfico peatonal o en bicicleta.

Los parques se construyen sobre terrenos públicos, lo que facilita su transformación. A las casi 350 ha que el Ayuntamiento de Vitoria poseía en los alrededores de la ciudad se suman 150 ha de la Diputación Foral de Álava y otras 100 de las juntas administrativas de los pueblos vecinos.

El anillo verde lo componen en la actualidad siete parques seminaturales: Salburua, Zabalgana, Olarizu, Alegría, Errekaleor, Armentia y Zadorra; los cuales tienen equipamientos y actividades para su conservación y disfrute, como por ejemplo Ataria, un centro de interpretación de la diversidad de flora y fauna de los humedales de Salburua. Estos parques ocupan un área de 645 hectáreas, estando prevista la incorporación de 400 hectáreas más.

Hasta ahora, los beneficios provocados por el “anillo verde” serían los siguientes: mejora de la calidad ecológica y paisajística de los espacios de la periferia, aumento de la biodiversidad de flora y fauna, recuperación de los humedales de Salburua (que hace una década no eran más que campos de cultivo sobre tierra desecada), mejora del acceso al medio natural desde la ciudad, nuevas oportunidades de ocio para la ciudadanía (el anillo recibe unas 300.000 visitas anuales), nuevo atractivo turístico para la ciudad…