El núcleo primigenio de la ciudad se sitúa a las faldas del monte Benacantil, a escasos metros del mar, controlando toda la bahía de Alicante, donde se sitúa el castillo de Santa Bárbara, baluarte de la ciudad durante muchos siglos. A partir de aquí la ciudad se ha ido extendiendo radialmente hacia el interior, organizada por medio de cinturones viarios ejerciendo de actual límite la circunvalación de Alicante. Cabe destacar, por la problemática que causan, las vías del ferrocarril que llegan casi al centro ejerciendo una discontinuidad muy potente en al ciudad, una grieta.
El centro de la ciudad está limitado por la estación de tren al oeste, las dos elevaciones del Tossal de Manisses i Benacantil al norte, yel puerto al sudeste. Las principales vías comerciales atraviesan el centro de la ciudad perpendicularmente al mar mientras que la avenida Maisonave lo hace paralelamente, uniendo la estación y Benacantil.