Cuando llegue a Barcelona, por tierra o por mar, el ojo sólo puede caer en Montjuic, la colina judía de la ciudad catalán, 212 metros de altura, que domina toda la ciudad al mar. Montjuïc ha sufrido varios siglos de historia y ahora, con las últimas novedades de los Juegos Olímpicos de 1992, se ha convertido en una importante zona de instalaciones deportivas.
Punto de referencia análogo en la ciudad de Roma se puede considerar la colina del Gianicolo, 82 metros de altura, que es también un testimonio de siglos de historia, desde el principio etrusco hasta el Risorgimento.
Después de la Unidad de Italia ` se ha convertido en un gran parque público meta del turismo internacional y atracción histórica y cultural.
Otro punto de vista importante de Barcelona es, sin duda, el Parc Güell, una de las obras del arquitecto Antoni Gaudí que aparecen en la lista de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Diseñado en el siglo XX, se había convertido en una ciudad jardín. Ahora es un parque público, abierto todo el año, y un monumento-símbolo de la ciudad catalán, con un alto número de turistas. Situado detrás de la ciudad, ofrece una visión diferente y complementaria a la de Montjuic.
En Roma, el punto de vista del Pincio situado en el sur del parque de Villa Borghese, del mismo modo ofrece una visión la ciudad contraria a la que se disfruta desde el Gianicolo. Villa Borghese comprende alojamientos de diferentes tipos de verdes, desde el jardín a la italiana hasta grandes áreas de estilo Inglés, grandes y pequeños edificios, fuentes y pequeños angras. Propiedad de la familia Borghese de 1580, se ha convertido en un parque público desde el comienzo del siglo XX.
Aunque con considerables diferencias históricas Parc Güell es el Pincio son, en el tejido urbano, dos importantes hitos históricos y culturales y dos puntos de vista ciertamente privilegiados del paisaje urbano.