Alicante , igual que Barcelona, fue y es uno de los puertos más importantes del mediterràneo. Ya en 1271 fue declarado puerto público del mediterráneo, en 1490 se le distinguió con el título de ciudad y en 1778 se permitió al puerto comerciar con América. Un hito que marcó el puerto fue el ferrocarril Madrid-Alacant en 1858, que lo convirtió en la primera salida marítima de la capital. Históricamente, el puerto ha tenido una importancia vital en el comercio y economía no sólo de la ciudad sino de la provincia también. El puerto era el lugar de trabajo de miles de alicantinos, y donde la vida y las diferentes culturas se daban cita.
Alicante es una ciudad que históricamente ha estado muy abierta al mar, esta franja de contacto siempre ha sido el espacio público por excelencia de la urbe, facilitando y promoviendo el contacto de sus gentes no sólo con el mar, si no con los pueblos del mar. La enemistad de algunos de estos pueblos, y especialmente los piratas ha marcado no sólo el frente marítimo de Alicante, si no el de toda su costa hasta Denia, cientos de atalayas i complejos defensivos, destacando por encima de todos el “Castell de Santa Bárbara” sobre el monte Benacantil, con su ladera cayendo casi en acantilado hacia Alicante.
Tras ocupar el antiguio glacis defensivo de Alicante, la explanada materializó la relación de los habitantes con su mar, convirtiéndose en un lugar de terrazas,cafés, un paseo para enamorados y para la ostentación. La playa del postiguet ( que al contrario que en Barcelona si que daba al frente marítimo) estaba ocupada por diversos balnearios y casetas igual que en la Barceloneta, que han ido despareciendo traspasando toda la actividad de restauración a La explanada. Igual que Barcelona y otros muchos puertos modernos, la actividad comercial se ha desplazado del frente marítimo para introducir nuevos usos lúdicos y hoteleros , i la flota deportiva.